A poco más de un año de recibir un trasplante hepático en nuestra institución, Mario Lizana, oriundo de la comuna de Pitrufquén, en la región de la Araucanía, decidió compartir su experiencia y agradecer públicamente la atención recibida en el Guillermo Grant Benavente. su testimonio coincidió con el Día Mundial del Paciente trasplantado, conmemorado cada 6 de junio.

Fue el 30 de mayo del año pasado cuando se realizó el procedimiento, luego que Mario enfrentara complicaciones derivadas de hígado graso y consumo de alcohol. Fue hospitalizado durante la madrugada y operado la misma tarde. A eso de las 03:30 de la madrugada del 31 logró salió de Pabellón. Permaneció en UCI y UTI hasta el 10 de junio, día en que recibió su alta médica. Aún recuerda con cariños a enfermeras, Tens, auxiliares de aseo y kinesiólogos de ambas áreas.

“La experiencia fue muy buena. De hecho, me sorprendió en gran manera, pues tenía otra impresión de la atención pública”, comentó Mario quien, a lo largo de su recuperación destacó el profesionalismo de los equipos médicos que lo atendieron, la coordinación hospitalaria y el acompañamiento brindado a sus familiares. “Me sentí muy apoyado. El trato fue siempre muy cordial, tanto de parte de las enfermeras como de los médicos. Siempre tenían una palabra cálida, casi como si existiera otro tipo de vínculo”, recordó emocionado el pitrufquenino de 52 años.

Su paso por el hospital lo evalúa de forma positiva, pero tiene una observación a considerar, para el cuidado futuro de pacientes trasplantados: “Pienso que el hospital debe mantener un par de camas separadas para procedimientos postoperatorios. Los trasplantados tomamos inmunosupresores, estamos más expuestos a contagios”, dijo.

Pese a ello, Mario agradeció sinceramente al equipo del HGGB y también al personal del laboratorio y Toma de Muestras. Su historia busca motivar a otros pacientes que atraviesan por procesos similares.

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