Los primeros augurios señalaban que, por la gravedad de las lesiones a nivel cerebral, el pequeño Daniel, de sólo 7 años de edad, quedaría postrado, de por vida. Fue el 14 de diciembre, en Hualpén, que en una colisión frontal entre dos vehículos, el niño salió eyectado del automóvil en que viajaba con su familia, por ir sentado sin un sistema de retención infantil (butaca/silla/alzador) ni menos usando cinturón de seguridad. 

Sin embargo, “una milagrosa” y rápida derivación al HGGB, según el relato de su joven madre, permitió evitar el lapidario primer diagnóstico. “Él iba a quedar un niño 100% Teletón. No iba a ser capaz de respirar solito ni menos de caminar. Gracias a Dios se va caminando y con un diagnóstico totalmente diferente al que nos habían dado”, dijo Viviana. 

Jaime Tapia, jefe de Pediatría hizo hincapié en la importancia de cumplir las normas chilenas exigidas para proteger y asegurar la vida de niños, en caso de accidentes graves como el que protagonizó Daniel.

“¡Como pediatras estamos insistiendo en esto!. El niño llegó con lesiones muy graves, con compromiso encefálico severo y requirió atención multidisciplinaria. En la sala donde estuvo (Avni), se hizo rehabilitación respiratoria, neurológica y motora y hoy, se va caminando, sin grandes secuelas. Podrá retomar su vida escolar con normalidad”. 

Esto habla, agregó el médico de que “es muy importante una intervención oportuna en trauma, como lo hacemos en este establecimiento, desde la Unidad de Emergencia, en el área de tratamientos intensivos y en los servicios de rehabilitación”, recalcó. 

Finalmente, al momento de partir a su casa en Coronel, la agradecida madre junto a Daniel, dijo que “a mejor hospital no pudo haber llegado porque, en un principio, nos iban a trasladar a otro hospital público de la zona, pero acá recibió el mejor apoyo que le pudieron dar”, manifestó.