Fue en febrero pasado que Antonia, de 9 años, ingresó de gravedad al HGGB, derivada de un prestador privado, con peritonitis, reconocida tardíamente, según el relato de sus padres. “Nos mandaron en auto. Nuestra hija ya no caminaba del dolor. En la Urgencia Pediátrica la atendieron de inmediato y, en menos de 4 horas, ya la estaban operando de urgencia”, relató su madre, Carolina Abello. 

El escenario post operatorio fue complejo. Estaba con una infección y, además, había contraído rinovirus e influenza. Pasó la primera noche en Cirugía Infantil y debido a su delicado estado, fue derivada a la UCI pediátrica. 

“Tal cual nos explicó la doctora, que encabezó el equipo de cirujanos: unas horas más de tardanza y nuestra Antonia se habría ido de este mundo”, recuerda Cristian, su padre. 

Dos días después, bajó la fiebre y estuvo ocho días hospitalizada. Incluso, le indicaron seguimiento y tratamiento para su ansiedad, por todo lo que Antonia enfrentaba”.  

“Esta carta es para agradecer, desde lo más profundo de nuestros corazones, a todo el equipo de salud que estuvo con Antonia: a Urgencia, al equipo de cirujanos, a la UCI Pediátrica, a la sala de cuidados especiales de Cirugía Infantil y a Salud Mental. Agradecer el trato cariñoso y amable que tuvieron. Pasamos una horrible experiencia en el privado, por ser Fonasa. En cambio aquí, siempre hubo palabras amables, de ánimo y aliento. 

Desde las señoras del aseo, camilleros, enfermeras y Tens, que fueron nuestro apoyo, en UCI y en Cirugía Infantil. No solo hicieron su trabajo, sino también se preocuparon de explicarle los  procedimientos, de entretenerla y de acompañarla en las noches cuando yo me iba”, reitera Carolina. 

“Han pasado seis meses ya de esas semanas y nuestra pequeñita se ha recuperado del todo: volvió a su colegio, a sus clases de ballet, de atletismo y de pintura. Nunca olvidaremos que su vida y su recuperación se la debemos a todos ustedes. Los llevaremos en nuestros corazones para siempre”, cerró Cristian Olivares.