Cristian Lagos tiene 19 años. Es de Los Álamos. El año pasado una persistente fiebre lo afectó por varios días, lo que implicó someterlo a una serie de exámenes. Finalmente, fue su corazón el que estaba presentando fallas. “Me dijeron que tenía unas manchas en el corazón, que debía trasplantarme y que tenía un corazón muy grande”. 

Cuenta que luego de los primeros análisis fue derivado al Regional. Siguieron los estudios y fue enlistado para trasplante. Su madre, Ana Monsalve dice que hubo miedo y esperanza a la vez. Es el mayor de otros cuatro hermanos. “De primera fue muy difícil porque ‘tocan el corazón’ de una madre. En menos de dos meses a mi hijo lo enlistan para ser trasplantado y eran muchas las emociones: felicidad, miedo (...) Como es una enfermedad congénita a todos nos están haciendo exámenes”, agregó Ana. 

El Dr. Enrique Seguel, jefe del área de Trasplantes del HGGB dijo que el paciente ha evolucionado mejor de lo esperado.

“Debido a su insuficiencia cardiaca se determinó que la mejor alternativa era un trasplante y gracias a la generosidad de una familia, que respetó la decisión de un donante, se pudo operar el jueves recién pasado”. 

El cirujano agregó que hasta el momento la evolución es positiva. “Hay que ir ajustando el tratamiento inmunosupresor para prevenir el rechazo. Luego hacer una biopsia para ver la respuesta del receptor a este corazón y una vez ajustado esto, él podrá volver a su casa e iniciar una nueva vida”. 

Mientras, Cristian sigue recuperándose con los atentos cuidados del equipo clínico de la UCI Coronaria de nuestro hospital. Está muy agradecido, al igual que su madre y con deseos de retomar su sueño de estudiar Enfermería. Además de que ya todos en su casa están convencidos de ser donantes de órganos. “Lo tenía pensado antes de mi propio trasplante y agradezco a la familia de quien donó mi nuevo corazón”.

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