Corazón roto: caso clínico excepcional al interior del Hospital
Lunes, 15 de Septiembre de 2025
La mañana del 5 de agosto, César Rosas chocó contra una retroexcavadora a la altura de Loma Colorada en San Pedro de la Paz, mientras se realizan trabajos en este tramo de la ruta 160. La fuerza del impacto destrozó su corazón, el que debió ser quirúrgicamente reconstruido en el Pabellón Central de nuestra institución. Gracias a los equipos médicos, el hombre de 43 años puede contar hoy su historia, junto a su esposa e hijo.
Tras hacer ingreso a la Urgencia, se tomó la decisión de intervenir primero el órgano cardíaco. A cargo de su resolución estuvo el cirujano cardiotorácico Roberto González, de los pocos con esta doble especialidad en el país. César -tras dejar a su hijo en el colegio- llegó al Hospital “con el corazón roto”, recordó el médico y también docente de la Universidad de Concepción, quien calificó el hecho como “un caso excepcional”.
“Las soluciones cardíacas por traumatismo torácico contuso de alta energía tienen una mortalidad muy elevada. Generalmente, los pacientes fallecen en el lugar del accidente por la naturaleza propia de la lesión”, indicó el especialista que con sus manos rearmó el importante órgano vital. El corazón presentaba un desgarro que recorría de la aurícula derecha a la Izquierda, sumado a una condición similar en la vena cava inferior, con profusa pérdida sanguínea. “Este tipo de lesión, por la fisiopatología y el tipo de sangrado que producen, son incompatibles con la vida”. El paciente debió ser conectado a circulación extracorpórea, vía femoral. “Llegó en shock hipovolémico y lo conectamos casi sin presión junto al equipo de perfusionistas”. Su cuerpo fue enfriado para proteger otros órganos y, una vez estable, se abordó la reparación torácica con un parche de pericardio disponible en el Hospital, reconstruyendo la geometría del corazón. “Fue una cirugía compleja, larga, que requiere de muchos equipos técnicos y un recurso humano extraordinario. Participaron muchas personas con voluntad inmediata de resolverlo”, dijo González.
Sin los exámenes diagnósticos oportunos de la Unidad de Urgencia, esto no habría sido posible. “Ellos pidieron la ayuda necesaria en el momento justo. Para el equipo de Cirugía Cardíaca fue un gran desafío”, reconoció el galeno.
Tras la intervención, Paulina Sánchez, esposa de César, recuerda que un médico conversó con ella. “Nos dijo que lo habían tenido que operar del corazón, que se había desgarrado en las venas principales que transportan la sangre. Pese a todo, su recuperación fue rápida”.
Por su parte, César Rosas no recuerda el accidente. “Desperté en el hospital. No me acuerdo de nada”, comentó el hombre, oriundo de Coronel. Fue el propio cirujano quien le explicó cómo fue su paso por el quirófano. “Me dijo que me habían puesto una sonda por la pierna”, procedimiento que permitió restablecer el flujo sanguíneo. “Él me dio la vida”.
A más de un mes del accidente, Rosas ya está de alta, cumpliendo con sus respectivos controles de forma ambulatoria. Ahora quedan sólo huesos por sanar.